
Gonzalo Guerrero y los primeros mestizos del México antiguo
Uno de los náufragos, de nombre Jerónimo de Aguilar, permaneció fiel a su religión y a su patria, en espera de ser rescatado por alguna embarcación española; el otro, Gonzalo Guerrero, casó con la hija de un cacique maya y juntos procrearon a los primeros mestizos de estas tierras. Esta es la historia del primer europeo que se integró a una sociedad nativa del México antiguo, iniciando con ello el camino del mestizaje.
Gonzalo Guerrero nació en Palos de la Frontera, en la provincia de Huelva, en España, que fue el puerto desde el cual, años atrás, partió Cristóbal Colón con la intención de llegar a Las Indias por el Océano Atlántico.
Desde joven se empleó como soldado de España, lo que lo llevó a participar en la gloriosa acción de armas en Granada, que determinó la expulsión final de los musulmanes de la Península Española. En 1510 se embarcó rumbo a América y al año siguiente naufragó con su embarcación y fue tomado prisionero y esclavizado. Como esclavo del cacique Nachancan y habiendo recibido el nombramiento de Nacom (similar a capitán), por su destacada participación en acciones militares, Gonzalo casó con una de las mujeres más importantes de la región: Za´asil-Há.
De esta manera, Gonzalo Guerrero se integró a la cultura maya, adoptando sus creencias religiosas, sus concepciones del universo y de la existencia humana, y junto con Za´asil procreó varios hijos, es decir, los primeros mestizos conocidos de la América continental.
En su calidad de soldado, Gonzalo pudo compartir con su nuevo pueblo sus conocimientos y experiencia militar, convirtiéndose en un elemento clave en la permanente batalla en contra de las fuerzas españolas que intentaban sojuzgarlos.
En 1519, la expedición española al mando de Hernán Cortés, llegó a la isla de Cozumel. Sabiendo de la existencia de los náufragos españoles, Cortés envió a una partida de soldados para buscarlos. En consecuencia, Jerónimo de Aguilar fue encontrado e invitado a unirse a la expedición de Cortés. El mismo Aguilar acudió a pedirle a Guerrero que se uniera a la expedición. De acuerdo con el testimonio de Bernal Díaz del Castillo, en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España:
Aguilar lleva esperanzado la noticia a Guerrero, pero él, de acuerdo con Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, le contesta
-Yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras: idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos mis hijitos cuán bonicos son...
Guerrero se negó a incorporarse a la expedición de Cortés, decidiendo ser fiel a su pueblo adoptivo, a la mujer que había tomado por esposa y a sus hijos, lo que lo convirtió en un traidor a los ojos de los españoles.
Guerrero fue sin embargo el primer español que fue capaz de comprender que los habitantes de estas tierras formaban parte de una cultura que poseía valores morales, conocimientos y una concepción de la vida y del universo, que los hacía semejantes a los habitantes del continente europeo. Tan lo comprendió, que fue capaz de casar con una mujer maya y adoptar sus creencias.
Algunos años más tarde, los soldados de Hernán Cortés harían algo que a los ojos de muchos europeos parecería insólito, al tomar por esposas a mujeres indias y procrear a hijos mestizos. Sin saberlo estaban gestando a una nueva sociedad que nacería de la fusión étnica y cultural de dos continentes.
Al consumarse la conquista de México-Tenochtitlan, Gonzalo Guerrero continuó participando en la defensa de las tierras mayas y en el año de 1536 murió en Honduras, herido por un disparo de arcabuz de los conquistadores españoles.