Cuicuilco, cultura madre del altiplano mexicano

Cuicuilco es una de las zonas arqueológicas más importantes del México antiguo, por haber sido la sede de la primera gran ciudad del centro de México. Se encuentra al sur del Valle de México entre la Calzada Insurgentes y el Periférico Sur. El estudio de este sitio arqueológico ha aportado a los arqueólogos importante información para comprender los orígenes y evolución de las grandes culturas mesoamericanas.

El desarrollo de Cuicuilco tuvo lugar entre los años 1200 y 100 antes de Cristo. Se considera que fue la primera ciudad en realizar edificaciones en piedra a gran escala. De acuerdo con las investigaciones arqueológicas, Cuicuilco debe haber tenido una población entre los 20,000 y 40,000 habitantes.

Poco sabemos de la vida de los habitantes de esta ciudad antigua, quienes seguramente no contaban con un sistema de escritura. Como todos los pueblos del México antiguo, los cuicuilcas deben de haber subsistido gracias a la agricultura del maíz, el frijol, el chile y la calabaza, por mencionar algunos de sus alimentos. Destaca en esta zona arqueológica la presencia de una monumental pirámide circular con un diámetro cercano a los 150 m.

Un primer problema que se plantearon los arqueólogos de Cuicuilco, fue el saber cómo fue posible la construcción de tan gigantesca pirámide. Estos especialistas llegaron a la conclusión de que el acarreo, moldeo y colocación de rocas para formar esta pirámide requirió de las participación de cientos o miles de trabajadores en largas jornadas de trabajo, lo que sólo pudo realizarse con la existencia de una sociedad dividida en clases y un gobierno centralizado y poderoso, capaz de emplear una muy cuantiosa mano de obra.

De esta sencilla, pero bien fundamentada manera, los arqueólogos llegaron a la conclusión de que Cuicuilco fue el primero asentamiento en la Cuenca de México que logró un notable desarrollo urbano y el suficiente poder político para crear las primeras grandes pirámides de piedra en el valle de México.

También sabemos que una de sus principales deidades debe de haber sido Huehuetéotl, dios del fuego, cuya estatua en cerámica fue encontrada en excavaciones arqueológicas en esta zona. Este dios es representado como una anciano que carga sobre sus hombros una vasija, que sirve por cierto para quemar copal.

A unos cuantos kilómetros de esta ciudad se encontraba un volcán activo, el Xitle, que debe de haber inspirado la invención de este peculiar dios del Fuego. Ubicado en las faldas del Ajusco, el Volcán Xitle es del tipo Cono de ceniza y se encuentra a 3,100 m. sobre el nivel del mar.

La erupción del Xitle

En una tranquila mañana, probablemente del mes de abril del año 76 d.C., los cuicuilcas observaron horrorizados que el volcán que formaba parte de su entorno, provocaba explosiones y exalaciones de gases, cenizas y, por último, fuego. En unas cuantas horas los temores de los habitantes de Cuicuilco se confirmaron.

Las explosiones del volcán terminaron por arrojar una continua corriente de lava a una temperatura que pudo haber llegado a los 1,000 grados centígrados. En estas circunstancias, los cuicuilcas comenzaron a abandonar sus chozas y sus centros ceremoniales. La lava se deslizaba lentamente a una velocidad de 10 m. por hora.

En unos cuantos días, la ciudad se halló plenamente sepultada bajo la lava, que tardaría entre 3 y 4 años en enfriarse para adquirir su conformación definitiva. Desparecieron bosques enteros, templos, casas habitación y los objetos más preciados de los habitantes de esta gran ciudad. Claro está, el proceso fue diferente a la gran tragedia de Pompeya, en Italia, debido a que los habitantes deben de haber tenido el tiempo necesario para abandonar su ciudad.

Años más tarde, algunos de los más notables habitantes de Cuicuilco que habían sido responsables de su notable desarrollo urbano arquitectónico y de la creación de sus tradiciones religiosas, aparecerían en la recién creada urbe de Teotihuacan, colaborando activamente para hacer posible su florecimiento.

Tras de ser cubierta por la lava del volcán, la ciudad de Cuicuilco permaneció oculta a los ojos de los habitantes de la Ciudad de México durante siglos. No sería hasta la segunda década del siglo XX que algunos de los más destacados arqueólogos mexicanos emprendieron complejos trabajos de exploración, cavando sobre la lava a grandes profundidades, lo que hizo posible mostrar a los mexicanos y al mundo entero la existencia de esta peculiar zona monumental del México antiguo.

Volcán Xitle

El volcán El Xitle, se encuentra ubicado al sur de la Ciudad de México, en el kilómetro 12.5 de San Andrés Totoltepec, pertenece a la Delegación de Tlalpan, y debido a intereses inmobiliarios y gubernamentales, se encuentra en peligro. De los vecinos de la Delegación depende que las autoridades no pongan en riesgo un icono natural del Tlalpan. El pueblo de Santa Úrsula Xitla lleva el nombre de Xitla haciendo alusión al Volcán.